Todo es mejor con una sonrisa.
- AAJ
- 19 abr 2017
- 2 Min. de lectura
Recuerdo cuando mi madre siempre intentaba sofocar mis iras diciendo: Ana, todo es mejor con una sonrisa.
Nunca la creí, pero a estas alturas de la vida pienso que tenía y tiene mucha razón. Me ha costado 34 años darme cuenta.
Qué llevas dos años de ilegal sin saberlo porque en tu anterior trabajo nunca te dieron de baja en Migración Colombia, pon una sonrisa y te bajarán dos millones de pesos la multa (ojalá no se la bajen a mi anterior empresa). Qué un taxista te grita, pon una sonrisa y te cederá el pasó. Qué no entiendes nada de lo que te dicen, pon tu mejor sonrisa y quedarás estupendamente.
Lo cierto y verdad es que funciona. Antes lo llamaba cinismo, ahora, y más en Colombia, he llegado a la conclusión de que esta táctica hay que incorporarla a tu rutina diaria.
Qué te encuentras en la calle con un tipo que ni idea de quien es y te saluda: tú pon una sonrisa y dile: ¡nos tenemos que ver pronto huevón!. Qué te dicen la frase “D” (de salir “D”espavorido): “que pena contigo”, tú pon una sonrisa porque sino te j_____ más. Qué te han traído los nuevos muebles del dormitorio con una altura hecha para gigantes tras encargarlos a medida, tú pon una sonrisa y a los tres días viene un ebanista hasta tu casa a arreglarlo.
Todo, experiencias del día de hoy…
Pero volvamos al tema inicial. Mi madre es muy sabia, como casi todas. La psicóloga se encargó de reiterármelo hoy.
Pero a parte de decirme que es sabia, algo que a medida que pasan los años y que he sido madre se hace más patente, mi madre es una mujer raíz (un modus operandi que al parecer yo copio).
¿Y eso que significa? Pues que como en muchos países africanos y como en muchas casas occidentales, la mujer es la líder de la casa.
En ente caso, mi madre es la que conduce (mi padrastro tuvo toda su vida conductor), tiene la casa al día, organiza, cocina y además… TRABAJA.
Pero hace años (como en parte yo ahora) mi madre no fue sabia. Ella pretendía, yo pretendía y muchas mujeres siempre pretenden que ellos den el 50 en cuanto a tareas domésticas se trate. MENTIRA. Nunca lo harán (por lo menos en gran mayoría).
Pasó el tiempo y nunca entendí, como nunca entendí lo de la sonrisa, que mi madre dejará en cierta medida de quejarse de esta situación, cosa que ahora también entiendo.
Él es el consejero, lleva la sensatez, la calma, la sabiduría, la inteligencia emocional, cree en la persona que tiene a su lado y se lo hace ver, y además, también trabaja.
Eso les ha funcionado y a pesar de muchas tormentas ahora viven su segunda juventud, se respetan y se quieren. Y ojo, no me refiero a ser sumisa, sino a complementarse y entender como es el otro y lo que da.
Eso, mujeres, es quizá mucho más importante que el 50-50 que muchas esperamos. Y si además lo que hacemos (aunque sea un 80-20), lo hacemos con una sonrisa... Mucho mejor.
Tips de la publicación
Psicólogo. Ese médico que mucha gente necesita, al que va y no cuenta, o directamente no va (necesitándolo urgentemente).
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